La lengua castellana e Instagram
A nadie se le escapa que Instagram es una de las redes sociales que más frecuentan los adolescentes actualmente. Durará hasta que sea sustituida por otra que llame su atención por alguna razón prevista, y hasta provocada, por los que arbitran en estas cuestiones, atentos a cualquier oportunidad de negocio. Las redes nos conectan, sí, y nos atrapan, que para eso son redes. A mis alumnos los atrapan a todas horas, no importa si están en clase o no, no importa la ocasión. Si algo no olvidan llevar al lavabo es el móvil, que no tiene entre sus prestaciones facilitar la evacuación. No importa si la profesora está delante, a medio metro de distancia, si se da cuenta o no, si se molesta o no. A ellos, a la mayoría, les importa bien poco. La distracción es el estado habitual y cuando es preciso concentrarse aparecen todos los problemas. Los ejercicios son rutinas que no interfieren con la atención a las redes, a whatsapp o a lo que sea que llegue por el móvil, especialmente si no tiene relación con el aprendizaje. No es una batalla perdida la de regular el uso del móvil en el aula, pero nadie la plantea, de manera que no queda otra que aguantar, echarle paciencia y repetir una vez y otra que dejen el móvil y también el ordenador por la misma distractiva razón, que deviene rápidamente en disruptiva, pero, ya digo, nada que hacer por el momento. Anda una enfadada y más que eso, harta de la situación, pero no cuenta con más recurso que el de su paciencia.
Es por todo ello, no sin exasperación difícilmente contenida, que pensé aprovechar semejante adicción para aprender. Y se me ocurrió una actividad en la que se unía la investigación a partir de dos cuentas de instagram (raeinforma y fundeurae) con el diseño digital de la información en apartados que corresponden a aspectos relevantes del aprendizaje del uso de la lengua. La llamé "Mejorando la lengua con Instagram". Mi intención secreta era que acabaran hasta las narices de instagram, o hasta las orejas, y abandonaran la red. Sin embargo, no ha sido así. Algunos me descubrieron las posibilidades de instagram para la realización del trabajo. Lástima que no hayan aportado su captura de pantalla para presentar en esta entrada sus excelentes y creativos trabajos. Es lo que tiene el consumo. Una vez hecho, a por otra cosa, mariposa. Por suerte, algunos de los que diseñaron páginas web sí han querido contribuir a mostrar su también excelente trabajo en este blog, que es su blog. Podéis comprobar seguidamente cómo la actividad, sin llegar a conseguir que la redacción de los textos propios estuviera exenta de errores, se llevó a cabo. Sin denostar los logros, cabe señalar que el reto sigue siendo la corrección de la expresión escrita, más allá de la ortografía. Nuestros gobernantes se aplican con denuedo a idear reformas educativas que sostienen el no declarado desprecio por la corrección lingüística al, no solo no aumentar, sino hasta reducir las horas dedicadas a trabajar las lenguas. Ya estamos oyendo las quejas de los profesores de materias de modalidad por la pérdida de una hora de clase a la semana en favor de la optatividad, o lo que se vende como tal, del alumnado. No hay equilibrio entre materias comunes y de modalidad, se sigue escorando la enseñanza en bachillerato hacia la especialidad, cuando lo que falla es lo general, lo troncal, lo básico: la comprensión lectora, la corrección y la fluidez expresivas, el razonamiento, la capacidad de análisis y de síntesis, la autonomía en el aprendizaje, la aceptación del error sin la que no hay progreso. Para no cansaros más, voy acabando. Los alumnos demostraron habilidades digitales aplicadas al diseño eficaz. Sin embargo, la redacción de los textos, aun siendo mejor que la de los meses anteriores, dista de ser la que debería para acceder a una enseñanza superior, sea ciclo o grado.
Aquí podéis ver unas muestras de los que han querido colaborar. No hay duda de que se aplicaron con ganas. Debajo de la imagen de la portada encontraréis el enlace que os lleva a la página.
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